Iglesia Parroquial en Rivas Vaciamadrid



















Madrid
Iglesia Parroquial en Rivas Vaciamadrid
Arquitectos:
Ignacio Vicens y Hualde
José Antonio Ramos Abengózar
Arquitectos colaboradores:
Fernando Gil
Agustín Toledano
Roberto Rodríguez-Paraja
Jesús Gómez
Desirée González
Pablo Gutiérrez
Romina Barbieri
Tibor Martín
Patricia de Elena
Raúl Rodríguez
Fotografía:
Pablo Vicens
Estudio Vicens+Ramos
El proyecto que se ha terminado de construir es la tercera propuesta. Las dos primeras fueron rechazadas, y es una pena. Pensamos que desde el punto de vista de la adecuación a las normas litúrgicas del Vaticano II eran mucho más interesantes. El primer proyecto, muy pensado y trabajado, nos parece quizás la mejor propuesta de templo que hemos hecho nunca. Y eso que el solar era imposible. Un resto de urbanización, estrecho y largo, que no servía para nada y por lo tanto se cedió al obispado.
La forma de la parcela exigía una disposición direccional, como la que finalmente se ha construido. Pero nosotros pensamos que esos esquemas direccionales no se adecuan a los requerimientos litúrgicos de hoy. Hay un artículo que publicamos en Arquitectura Viva que explica esto. Se llama La espada y la llana. Ahí se habló de cómo la participación de los fieles en la liturgia se facilita con esquemas centrados, no direccionales.
Entonces, como siempre, recurrimos a la historia. Porque todo está ya dicho. Solo cabe expresarlo de manera diferente. La perífrasis, el comentario. Y retomamos la idea de Bernini en ese templo fascinante que es Sant’Andrea al Quirinale. La planta es una elipse en la que el eje menor es el principal y el mayor el subordinado. También nosotros forzamos la entrada por el eje menor y colocamos en él la sede, el ambón y el altar. Así concentra toda la densidad jerárquica. A los lados, el pueblo, en el eje mayor, democrático. De esta manera conseguíamos que el altar estuviera en el centro, como está especificado, y todos los asistentes vieran perfectamente y se vieran entre sí. Un espacio físicamente longitudinal se convertía en un espacio centralizado.
Este es uno de los proyectos fracasados que más tristeza nos ha dejado, precisamente por el especial interés que tenemos en los proyectos de templos y en el arte sacro. Pero el hecho es que no supimos convencer. Se nos pidió que fuera claramente direccional y que aprovecháramos al máximo la superficie edificable. Hicimos un segundo proyecto, en hormigón. Pero no había presupuesto. Finalmente se aprobó el que se ha construido, en acero cortén. Para aprovechar al máximo la superficie construida lo desarrollamos en un edificio continuo que unifica las viviendas de los sacerdotes y el centro parroquial con el templo. La cabeza del edificio explota en unos lucernarios que marcan al exterior el presbiterio, y son la pièce de résistence del templo. Forman un retablo de luz muy interesante.
La construcción es muy sencilla. Estructura metálica, revestimiento de cortén y trasdosado de pladur. Hemos tenido muchos problemas con el constructor y la falta de dinero. Pero una vez más la obra la está salvando la dedicación ilusionada de los párrocos, que han sido varios. El actual es un apasionado de la arquitectura y vibra con la obra.
Y hemos podido involucrar en el proyecto a una serie de artistas que están colaborando con una generosidad admirable. José Manuel Ciria ha pintado toda la Capilla del Santísimo; sólo por verla vale la pena acercarse hasta allí. Es un mural que representa la creación del mundo. Una obra maestra, de un expresionismo heroico, como todo lo de Ciria, pero al tiempo sutil, delicado, lleno de matices. Impresionante. También las imágenes de la Virgen y de Santa Mónica, de Javier Viver, son muy especiales. Viver es un artista joven, especializado en video arte. En este caso ha hecho unas obras figurativas; caras, manos y pies; el resto es un magma de paños en torsión, que recuerda las propuestas de Bernini para la beata Ludovica Albertoni, o para el éxtasis de Santa Teresa. El crucifijo, una pieza verdaderamente importante, es de José Luis Sánchez. Nadie discute que es uno de los escultores que más ha hecho por el arte sacro en España desde los años cincuenta. Nos empeñamos en que estuviera presente aquí, como homenaje a un hombre que revolucionó el arte sacro; y ha tenido la generosidad de regalar un Cristo espléndido que preside el presbiterio. El Vía Crucis es obra de José Antonio Ramos: catorce cruces de acero, todas diferentes, tratadas con vendas pintadas. Y el maravilloso Cristo de la sacristía es de Javier Martínez, un escultor también joven y extraordinariamente dotado. Él nos hizo el Cristo resucitado y la Virgen de la parroquia de Villalba. Finalmente, el gran altar principal, el ambón, la sede y la pila bautismal han sido pintadas por Fernando Pagola. Fernando ha hecho murales y pinturas para cantidad de obras nuestras, y con una generosidad que nunca agradeceremos suficientemente, ha regalado a la parroquia su obra. Pensar que artistas de al talla de José Luis Sánchez, José Manuel Ciria, Fernando Pagola, Javier Martínez, José Antonio Ramos, o Javier Pirón –autor del Cristo de la Capilla del Santísimo- han regalado su obra y su trabajo, sin cobrar un euro, es verdaderamente emocionante y, sin duda, la experiencia más gratificante de esta obra.
Realmente la iglesia tiene un presupuesto pequeño y se ha hecho casi sin medios. Pero la magnanimidad del cura y del vicario, que no se paran en barras y siempre quieren lo mejor, y la generosidad de mucha gente, está haciendo posible un milagro.
Esta obra ha sido publicada en varias revistas antes de ser terminada. Aparece en la portada de ARQUITECTURA, la revista oficial del Colegio de Arquitectos de Madrid, en su número 350, con un amplio reportaje en su interior. También se publicó en el nº 311. A+D ARCHITECTURAL DIGEST la publica bajo el título “Milagro en acero cortén”. También la han publicado CHIESA OGGI, ARS SACRA, ARQUITECTURA PLUS, ARQUITECTURA VIVA, etc. Ha sido solicitada por revistas de Arquitectura de varios países, entre ellos China Japón y Rusia. WALLPAPER acaba de publicarla en un número reciente. Y aparece en las memorias de varios congresos y en dos libros: la